jueves, 22 de noviembre de 2012

Zappando con Zappa

La primera vez que escuché a Frank Zappa me generó desinterés, lo cual es normal luego de buscarlo por tantas apariciones en la cultura general. Volví a escuchar Jesus think you are a Jerk y me entretuvo al punto que hoy es una de mis favoritas. Esto nos hace reflexionar, a quienes nos pasó, que cómo un juicio no superficial de la música, sino más bien estructural en lo que va de acordes y cadencias, influye en nuestra percepción de ella. Quisiera recordar cuando escuchaba Bohemian Rhapsody, que también es una obra muy graciosa como varias otras de Queen, y que me gustaba sólo la parte más gospel, así era como tenía que esperar todo ese tiempo para llegar a esos compaces que me fascinaban. Por lo mismo es que me pregunto de la utilidad de ese entrenamiento musical a la hora de escuchar música como la de Frank Zappa, que no tiene muchos ciclos, y tampoco es dodecafonista, o más bien, que no se restringe a una escala. Esto último me llama la atención del músico: que en su evolución compositora haya llegado no sólo a trabajar con músicos de ta alta calidad, sino que además se hizo respetar por un estilo gracioso y evidentemente muy trabajado musicalmente. Pero lo que sí, de verdad, me atrae es como se genera esta conexión aún cuando el tipo no pretende ser el típico graciosete, y menos el típico rockero. Parece ser más bien un personaje, sin desconocer todo su trabajo a la hora de componer. La receta no falla para quienes queremos hacer cosas bien elaboradas: Trabajar y sudar como labios de vaca.

domingo, 11 de marzo de 2012

MUCOSIDAD

Senderos verdes mecatos,

Vida útil esterilizada,

Hambre muerta de hambre,

Un loco entre la alambrada.

Coso roso torso onza lanza marza.

Sustancia apelmazada rellenando el esqueleto.

“Se te ha ido la almendra”.

A todos algún día nos pasará.

Y nos volverá, entre paltos amarillos

Y el rabo entre las piernas.

viernes, 6 de enero de 2012

LA CUEVA

Permíteme hablarte,
entrar en el submundo del todo.
Deposito en ti toda mi confianza.
Espero que algún día sepas que no hay motivos
para dejar de intentarlo.
Bajo la alfombra acostumbramos a encontrar
la suciedad de todos, barrida por uno.
Pero cuando me entrometo allá dentro
no hay tal desperdicio ni faltas,
nada más frutos maduros
para que me empieces a entender, comprender.
Así todas las vidas, la gota que erosiona el hábitat
de todos los hematomas,
en cada una de sus muertes se les aislará
levitantes por la noche como prueba
de su reproducción y crianza
por el último y primer vuelo de muchos.
A los que regresen vivos,
los esperaremos en el anfiteatro;
aprenderán a convivir con tus virtudes,
sin más conocimientos que el de salir
y volver cada tarde.
Y será hermoso verlos venir, hasta aquí.
Donde no se sabe cuánto te separa del mundo
la imagen aún sana que se empeña en abrigarnos,
a todos quienes estamos llamando
a más, y más curiosos del arte y el porvenir.
Déjalos pasar siempre y cuando los conozcas,
aun sabiendo que sólo quieren saber de ti,
detenlos para contemplarlos.
Ni una sola mujer en aquellos cuerpos de riego,
cual orificio hecho en la boca del hormiguero salen sólo hormigas.

Niños de todas las edades preguntándose:
¿Hacia dónde se va lo más negro de la noche?Hacia lo vivo, batiendo sus alas.


.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Te dedico este poema, Laura. Me acuerdo de cuando me impulsabas a escribir. De algún modo, toda mi literatura es obra a consecuencia de ti. Mas quisiera retomar, y será como cuando empecé: el no estar de ti en el ser de mi acción literaria en la búsqueda imaginaria de tu aprobación. En la literatura nos permitimos ciertas cosas.